viernes, 28 de agosto de 2015

ABRAZANDO LAS LETRAS DEL AIRE


Por unas caricias he sentido
como mis manos se movían,
que mi piel se enardecía
cambiando la tinta por sonidos,
azotando las letras de fantasía
para convertirlas en suspiros.

A ese beso me he rendido
ante el azote de la nívea cuartilla.

Por una mirada he vivido
una y tres mil vidas,
con el dolor de clavarme
las espinas de sus espinos,
con torpes sueños alejándose
entre los pasos de los caminos.

A esa voz me he cosido
por los nudos de su alegría.

Por una piel he renacido
al alma que vuela fugitiva,
esa que brilla esquiva
tras unos barrotes escritos,
estrechándola en cualquier libro
entre locuras y simpatías.

Asido al luto de unas palabras
deseando unos labios perdidos,
tengo envidia del aire que respiras.


Fotografía de Esther Rivera