domingo, 25 de mayo de 2014

COMO SIEMPRE TE DIGO


Escribo si escucho tu corazón
respirando al lado del mío.

Vive entre tú y yo
siendo fulgor desprendido,
al hacerse una canción
tras un pensamiento perdido
que sin esperar madurar
en olas de sentimiento ha crecido,
pintado de historias errantes
que entre sueños se ha mecido.

Hecho de palabras y letras
se esconde en el color del visillo,
en líneas de amor sin orillas
tan lejos y a la vez tan cerca
parapetadas cada una de ellas
caminando a decir lo mismo,
querer acercar las estrellas
solo es posible si estoy contigo.

Tienes todo lo que falta
para remedar un descosido,
encontrando lo que no está
llenando vacíos de sonido
con el sabor de tu mirada
el mundo cobra sentido,
dando pálpito a la vida
y emociones a mi oído.

Escribo escuchando al corazón
para saber interpretar tu latido.


¡Feliz cumpleaños!

Fotografía de Pedro Garcea


lunes, 12 de mayo de 2014

SE NOS OLVIDó MORIR



El rayo volvió a caer
donde hace un minuto yo estaba.
La tentación me volvió a tentar
con el veneno de mirar por su ventana.
A mi gafe le dio por reirse
de la ruleta a la que no le salía la trampa.
Del incendio pude escapar
cuando la chasca se atragantó con el agua.
La bala se escabulló de mí
cuando febril yo estornudaba.
A mi suerte le dio por salir
cuando la rifa la suerte anunciaba.
La maceta cayó sobre mí
cuando mi cuerpo un paso ya daba.
Del pantano salí por mi pie
cuando mi coche la curva enderezaba.
A la vida le dio por vivir
y la muerte con la soga se ahorcaba.
Ese rayo volvió a caer
donde hace unos instantes yo estaba.


Al unísono Pedro García y Desvanecerse en Salamanca



Fotografía de Pedro Garcea

martes, 6 de mayo de 2014

AMOR SIN VOZ



A cielo raso de color
las palabras se sostienen
entre las manos abrazadas
de la dulce nada,
enramadas en la espuma
de la pradera de la hoja
para surcar con envite
su llana explanada,
caminando impulsadas
de sus desnudos latidos
y sin lastre para poder
descerrajarse de su ardor.

Se abren a do de pecho descubierto
hiriendo su trazo con valentía,
con la segura calma de su puerto
levantan sus olas de la apatía
brotando de los surcos de su huerto
alimentar de versos la poesía.

A ras de la sucia tinta
las letras se alinean
en cañadas luminosas
de roca seca,
preñadas de rudas vidas
en frondoso abismo nevado
palpitando sus sentidos
descolgadas de una mueca,
recorriendo respirando
los perfumes del amor
con el brillo que deja
el corazón cuando se acerca.


Fotografía de Pedro Garcea