martes, 27 de agosto de 2019

Y SE HIZO CARNE












Tengo que vivir
el aliento del fuego,
acercarme a su boca
sin que mis pies
pisen el suelo,
dejar de fingir
que no pasa el tiempo
y embeberme de roces
con la sed del sediento.

He de llegar a sentir
la piel de su cielo,
hacer de la caricia
gemidos de tinta
que laten en versos,
poder para escribir
el libro de lo incierto,
hacer que la memoria
reconozca los actos
de los que no me arrepiento.

Tengo que vivirlo dentro
destejiendo al deseo,
aprendiendo su idioma
sin que sus palabras
muerdan mi cuerpo,
saber que siembro
sus semillas de viento,
que broten sus ecos
para que deje de ser
la sombra de un sueño.


martes, 20 de agosto de 2019

LABIOS INDECISOS




















Lo encontré, si,
se descubrió tan solo rozándonos.

Era inalcanzable
como la nube,
tan transparente
como el cristal,
tan azabache
como noctámbulo,
tan helado
como el hielo,
tan atrevido
como apocado,
tan ardiente
como las ascuas,
o tan esquivo
como el vértigo,
pero lo encontré
en tus labios posado.

Lo encontramos, si,
sin esperarlo, tan solo acercándonos.

Estando sujeto
al borde del jamás,
colgado sin fecha
del instante o del rato,
cruzando destinos
que estaban callados,
atado sin cuerdas
en el área de descanso,
ávido de la lluvia
de otros labios,
riendo al suspiro
que está de paso,
rilando deseos
siempre soñados,
queriendo ser
un gran sinsentido,
pero lo encontramos, si,
entre tus labios y los míos palpitando.

Hoy nuestros labios indecisos
tiene al mundo en vilo, besándonos.


viernes, 16 de agosto de 2019

DESENREJADA


Abrid las puertas de la noche
al sueño que vive bajo tus parpados,
a lo nunca visto,
al rayo, al relámpago.
Que se abra para siempre
a los largos caminos sin pasos,
al mundo incierto,
a lo que aún no se ha encontrado.
No dejéis que se cierre la noche,
que rile de luceros enamorados
a las rutas que el aire
describe para encontrarnos.
Que la luz no deslumbre
a la estrella que me lleva a tu lado.


Fotografía de Gemma

lunes, 5 de agosto de 2019

PASOS DE CADALSO



















Miles de muertes me habitan
y todas ellas son amargas,
da lo mismo quien las traiga
o cuanto se alarguen sus sombras pálidas,
entre todas a la nada me precipitan.

Juegan con el tiempo que robaron
en los albores de cada madrugada,
caminando al dejar sus huellas
con las farolas de la noche apagadas.

En su celda no hay movimientos
dejando a la soledad blanca
y a la luz sin esperanza.

Perdí el tacto con la vida,
muerto soy y mi cuerpo no se levanta.

¿Dónde se cobijará mi alma?