Todavía tienes todo de mí, te quedaste los instantes que pude disfrutar y sus tiempos de plenitud anudados a mi piel, con los que me arropaste en la cama.
Todavía tienes todo de mí, te has respirado los latidos que me hacían palpitar y los sabores aromados de mi corazón, con los que me abandonaste a la calma.
Todavía tienes todo de mí, te has adueñado de las sonrisas que logré dibujar y las lágrimas claras aventadas de mis ojos, con las que me olvidaste en la nada.
Todavía tienes todo de mí, te encadenaste mis labios que no me dejan hablar y los sonidos susurrados desde el olvido, con los que te busco y te persigo.
Tienes tanto de mí que lejos de ti, aún me queda algo sin estar contigo.
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