Aún le queda voz al viento
y a su reflejo silueta,
herida de vida lenta
camina con fe inconfesable
rezumando desazón incansable
en bocanadas de tintadas letras,
fin que dirige al tiempo
hacia esa luz secreta,
desazón de muerte eterna
que de sueños te inventa
fugados de boca abierta
atesorada en corazones cerrados,
reino que acuna al silencio
en el verbo de mirada discreta,
lienzo de labios mojados
anclado en retazos de avatares
que se aventan de mudos cantares
con palabras convertidas en saetas,
neblina de abrazos sin cuerpo
rasgados en callada tarjeta,
bostezo de piel sin pena
que baila su danza sin sonido
al son del crujir de un molino
para rebosar en lo que jamás se llena.
Fotografía de Lita
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