sábado, 29 de junio de 2024

MíSTICA MENDIGA (de un agnóstico)

 








Dioses que solo existís en el silencio,
¡habladme!
de ese Amor de llama fría
que arde de dolor y alegría,
¡decidme por qué la quiero!

Vosotros que la concebisteis
esculpida en alma de misterio,
como flor que nace de sabiduría
haciendo hablar a la afonía,
¡decidme por qué la quiero!

Vosotros que compartís mi agonía
comprenderéis a que me atengo,
si quiero vivir y no pensar
porque tengo que jugar con el límite del tiempo,
y entrar sin salir de su centro
huyendo de los cerrojos con el viento,
llegar a ningún lugar
volando al mar del firmamento,
querer ponerme una ropa que me desnude
para no esconderme de sus secretos,
contar una mentira que no mienta
que descubra la verdad de los sinceros,
querer ver con la mirada del ciego
para sentir lo que el vidente se está perdiendo,
saborear con una boca sin lengua
las caricias que dibujan las pieles en los cuerpos,
querer llorar una pena sin lágrimas
para no ahogarme en los deseos,
fundirme con el aire
que porta la llama de sus besos,
en fin,
quiero saber la respuesta que no me dais,
¡decidme por qué la quiero!

Aliviadme de la duda
y mostradme algún sendero,
responded con premura
pues necesito buscarla
antes de perder el acento,
¡decidme por qué la quiero!

Que no es un capricho lo que siento,
me acontece y me apetece
soñar con los ojos abiertos
y sin sueño poder soñarla
entre la tierra y el cielo,
ya que sin querer quererla, la quiero.


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