OTROÑO

Amarillea la sombra del bosque
que reposa de tiempo
creando una alfombra de hojas.

Vuela el viento
con sus caricias al pasar,
dejando un remolino de huellas
en la tierra al descansar.

Las voces roncas de llanto
rocían de lágrimas los campos
que la sabia no sabe amamantar,
y el tren de la estación
baja de lo alto a tí
o sube a lo hondo de mi canto.

El esqueleto de sus ramas,
insensiblemente
se va desnudando,
llenando el horizonte de colores
que este Otoño va creando.

LUZ DESNUDA

Luz desnuda

posada sobre tu piel

con el destino

de engendrar el amor,

en un fulgor de caricia

del reino de fuego,

que brilla en la distancia

y es la claridad

de lo imposible.

Escueto rayo

que se fuga entre la niebla

para engendrar un poema

bajo la alta Luna,

al mirarse en un estanque

abandonada y muda.

Luminiscencia despojada

de furtivas palabras

que de ecos inunda

el amanecer de los amantes,

esa temerosa presencia

que palpita de orgasmos

entre el cielo y la tierra.

 

SIN CUANDO NI QUIZáS

Seguimos aquella luz
que desentumecía la esperanza
sin poder llegar a alcanzarla,
sin un cuando, sin un quizás,
y forzamos la garganta
pero la voz no supo atraparla,
y caminamos entre sus rayos
apartando nubes de escarcha,
e intentamos seguirla
pero su sombra tenía alas,
y no conocíamos el canto
que supiera despertarla
para saber porqué nos llamaba.

La luz reverberaba
hasta horizontes de quemadas etapas,
sin un cuando, sin un quizás,
deambulando entre horizontes
con la mirada que viaja,
como ave que vuela
bajo un cielo de agua
inundada, que nos empapa,
y aún no conocemos su nombre
para poder llamarla.

ECO

 

De tu figura de cristal
solo quedan trozos rotos.

Se de alguien que los unirá,
con amor, ese es mi deseo,
que no pierda ninguno,
que no se olvide,
que no los abandone
porque tú aún palpitas en ellos.

Fotografía de Lita

LA MALA LíRICA

 

Presagio de los días

que se hacen espera

ante el desamparo del viento,

que se pueden llegar a estrangular

de esperanza en días sombríos,

terminando siendo, bajo mi terca mirada,

tan solo la más mínima expresión

de lo que intuyó

entre suspiros y besos.

En este contexto

con tus señales adivino

que si no me miran tus ojos,

no soy nada, no soy nadie,

bajo este cielo compartido e inmenso.

Fotografía de Gemma

EL AMOR PERDIó LA VOZ

 

El amor perdió la voz
cuando amaneció
de entre los cazadores del alba,
al buscar la luz
que nace de tí,
esa luz
que se fundió de madrugada.

Quiso encontrar el ser
al pegarse a la caricia
adormecida entre salivas
colgadas de la garganta,
que de metáforas ardía
al tensar la piel
de abrazos que cobijan,
al fundir las capas
del tiempo
y acorralar el eco
de colores vivos,
que comparten nuestros latidos
día a día.

El amor perdió la voz
por amor,
al perderte entre los oscuros
gemidos de la tinta,
que tiñe la noche
con pluma y manos
debiendo esperar
otro amanecer para oírla.

Fotografía de Kiki