Del abandono nace la poesía,
de la espera ciega entre dos latidos
que salta descalza sobre la tierra,
que en cada vida cambia de piel,
que se alimenta de nubes que lloran
teniendo prisa por florecer,
que se se escribe en las sombras
enmudeciendo el alma por un hoy sin ayer.
Fotografía de Esther Rivera
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