Un
mañana sin ayer
con
una deuda pendiente,
tiempo
rotos
para
una jornada sin dueño,
con
un recuerdo que sabe a poco
mirando
de cerca la lejanía
que
cae en la cuneta o en algún foso.
Foso
abetunado de rastrojos
que
castiga con horas de mas
y
días de menos,
en
una resaca sin letanías,
con
miradas sin vida,
cuerpos
sutiles y andrajosos,
tallados
con la delicadeza del sarcasmo
cincelados
de rebeldía
que
se esculpen de sueños.
Sueños
que huyen y se escapan
entre
las horas partidas,
respirando
los colores
que
la distancia salpica,
con
las gotas que caen en los charcos
por
la lluvia del desamor esparcida,
sobre
promesas incumplidas
derramadas
en los peldaños
y
en rastros de corazones rotos,
que
pagan las deudas de la vida.
Fotografía de Gemma
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