martes, 16 de diciembre de 2008

VENTANA IMPACIENTE

Todo tiene el tiempo justo,
desde las arrugas del olivo
hasta la locura de la ventisca,
cuando suena la alerta de la puerta
y pone al oído sobre aviso,
o cuando la vida se hace delicia
hasta que cantan los vientos sin prisa,
todo empieza y termina
llegando siempre sin llegar tarde.

Todo tiempo tiene su acaso,
acaso no parece que el amor se eterniza
o que las cenizas de las sienes sean sienes,
acaso no se marcan las heridas
o se juega sin descanso a la vida o la muerte,
brotando cuando enciende el alma
y de la cual nadie está a salvo,
todo llega y se marcha
llegando siempre sin haber llegado.

Y me queda el tiempo justo
un apenas que está llegando
un pensar sin estar pensando
un quizás que está pasando,
para saber donde fue tu sonrisa
aquella a la que estoy esperando…



Fotografía de Esther Rivera

1 comentario:

Anónimo dijo...

La vida se hace justa
y el tiempo delicia,
soñando un apenas
y esperando tu sonrisa...