lunes, 26 de abril de 2010

VANIDADES DE LA PLUMA










Siento debilidad por las palabras que olvido
inanimadas sin haber perdido aún su viejo latido.

Si pudiera hacerlas oír
todo lo que me quieren decir
con la piel de su caricia,
y sus huecos pudiera cubrir
con el amor por avaricia.

Palpando el ímpetu desairado que se desvanece
ante lo eterno del sencillo instante que te amanece.

Cansado, perdido e incauto
adornándome de cicatrices secas,
sometiendo el tiempo a los trazos
sacando el sentido a las letras
inundando las hojas de abrazos.

Percibiendo sus aromas en versos que escribo
sobre espumosas muescas de cualquier libro perdido.

Caminos que otros recorren
a la sombra de lo vencido,
cuando nada duele ni pesa
queda todo en el vacío
enterrado en una estrofa muerta.

Soñando los misterios por los versos perseguidos
anegando el alma de besos por los sueños conseguidos.

Cuando se van en un adiós
perseguido por la mirada
tras la verdad escueta,
que trajina sin piedad mi alma
con las preguntas sin respuesta.

¿Cómo pude olvidarlas?
¿Cómo podré encontrarlas?
¿Cómo he podido?




Fotografía de Pedro Garcea

4 comentarios:

Gabriel Cordears dijo...

Los aroma de las palabras suelen disiparse en el tiempo y con mucha suerte y buen olfato se perciben de nuevo como un añejo perfume de recuerdos.

Un abrazo

BUENAS NOTICIAS dijo...

Buenas preguntas... a mí también me pasa, a veces se me escapan las palabras y no sé dónde irlas a buscar...
Un beso gordo, Desvanecerse.

Amanteceres dijo...

Solemos escondernos en ellas, otras veces nos mostramos sin darnos cuenta y es el perfume de la soledad el que nos recuerda que vivimos ambos muy cerca…


Preciosa Poeta.


Un beso desde mis Amanteceres

Deray dijo...

Una belleza. Ya de regreso me pongo al dia , echaba de menos tus versos. Un beso grande