miércoles, 5 de marzo de 2008

ENGAÑADO DEL DESTINO


Sentí miedo de debilidad
en las puertas de la fuerza,
soñar siempre mirando al corazón
es retornar a la inocencia.

Todo comienza con la risa,
ahí todo comienza,
cuando el deber te hace llorar
camino de la impaciencia.

Seguí mi propio sendero
sin encontrar agua fresca,
todo queda descrito
escrito de palabras hechas.

Volé sintiéndome libre
en torno a tu belleza,
siendo uno mismo no te escondes
el resto carece de certezas.

Todo fin es un nuevo comienzo,
sin abandonar a las respuestas,
aquellas miradas en ojos caídas
esos sueños plenos de estrellas.

Seductores destinos muertos
¿porqué los busco entre las piedras?

Fotografía de Beatriz Iturbe

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces sin prisas...

Anónimo dijo...

A veces con ansia... se sueña, y
a veces consigo todo lo que tu mente me deja.