viernes, 21 de septiembre de 2007

ENTRANDO EN LA BRUMA

Silueta anónima en la que me pierdo por devoción,
toda calma que nunca he tenido me llega con tu forma.

El indefinible ondular de tu imagen,
tiene enredaderas invisibles
que trazan raíces a mi alrededor,
senos tranquilos como el perfil de los montes,
manos embrujadas como sedas de Japón,
tierras marrones en ojos sinceros,
amapolas rojas en los labios,
hidromiel de aromas,
agujero negro.

Compañía deseada y cómplice de tus pasos,
para caminar sin darse cuenta
que la bruma se marchó.

Fotografía del artista Pedro Garcea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tanta bruma y agua puede producir reuma en el corazón... ten cuidado

Anónimo dijo...

Y más allá de la bruma
caigo en un abismo profundo
lujuriosa, insensata
bajo el frenesí de propósitos
que no se pueden ni soñar
lascivo deseo animal
y acaso ángel divino.