donde nacen los rastros de tu hermosura,
basta un vaivén sincero de tu cintura,
para que la vida sea una locura interminable.
Aunque cerca tu compañía es admirable,
como la piel naciente de una criatura,
donde van tus ojos se hace blancura
y los caminos sembrados de Luna amable.
A tu lado tanto grito como callo,
sol y nubes, me redimo y sigo pecando,
al dulce paso de tu ansiada calentura.
Suelto el alma en lo que hallo,
pongo voz al sueño y sigo pensando.
que el mirarte y no verte se hace amargura.

2 comentarios:
Hola,te veo muy relajado,pero por fin,volvemos a tenerte otra vez para seguir soñando con tus poesias,me es muy grato volver a leerte ya se te extrañaba un beso
Delicioso regreso...
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