domingo, 30 de septiembre de 2007

LA TRISTEZA DE LA TRISTEZA

Sumados momentos y contados instantes,
enorme se hace el regazo para llorar,
como una noche de verano,
aislado como el oasis,
caliente, femenino y cercano.

Poder marcar faltas, ternuras, dudas,
promesas incumplidas,
orfandad de sensaciones,
rilar en esquinas de realidad
escalones de hojas secas,
comiendo el maná de la fantasía,
extraviado de la conciencia.

En el inmenso rincón para querer,
entre los cuentos que arrullan,
el ruido caliente de un invierno,
y otro,
y otro mas,
un sueño tranquilo de Luna,
plagado de serenas estrellas…
Fotografía de Pedro Garcea.

1 comentario:

Lito dijo...

Cuando me falta la luz y mi vida no tiene senderos por donde caminar opto por leer tu conciencia y vuelvo a encontrar las carteles, parametros de identidades que me hacen encontrarme de nuevo y volver a sonrreir. Solo eso espero cuando te leo.