miércoles, 12 de septiembre de 2007

UN DÍA ROBADO

Fue ayer sin saber no se como
ayer una sombra me rozó suavemente,
ayer tuve belleza,
ayer tuve sonrisas,
soñando los bailes del corazón
y mendigando parte de mis caricias.

Fue ayer que el árbol dejó de ser madera seca
desterrando las lágrimas de mi reino,
descargando aromas para el desaliento,
que ocuparon mi caja secreta.

Fue noche en compañía de una estrella
noche posada de luces sobre las manos,
noche pálida y esbelta,
noche misteriosa y sensual,
paseo de Luna con mujer de amaneceres
única mujer viva y en el recuerdo muerta.
Fotografía de Pedro Garcea

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y me abandone en la penumbra de la noche y deje que mi alma viviera entre sombras y fantasmas.
Perdi mi norte en un viaje desesperado a ninguna parte.
Colgada, mirando y de lado, palpitando en momentos desquiciados
En un laberinto que no era mio.
Y ahora...
soplo el polvo que dejaste en cada rincón de mi alma.