Asiduo a la memoria con el tiempo desandando
y una palabra sencilla sonando a poco que despierta el día,
la vida se va enjaezando surcando el verbo soñar, soñando.
Terminado un silencio roto por el sonido del aire,
brotando cautivas de la dulce saliva las letras se hacen
y en caducas hojas de sinfónica voluntad se esparcen, versando.
Tan separadas que ni se sienten, existiendo sin ser algo,
caen diminutas como importantes disfrazadas de melodías
sin sospechar que serán himnos de todos los días, cantando.
Medido el filo del fuego abrazando su cuerpo en llamas,
las nubes de sentimiento viven colgadas de un te quiero
con pasos haciendo a la huella y la tierra hermanas, andando.
Garabateando los cielos estrellados a mil leguas del hielo seco,
sintiendo la muerte de lejanía como un eco cincelado
dejo letras sin sangre hechas esclavas del vacío de existir, viviendo.
…pensando, pensándote, mientras te pienso.
y una palabra sencilla sonando a poco que despierta el día,
la vida se va enjaezando surcando el verbo soñar, soñando.
Terminado un silencio roto por el sonido del aire,
brotando cautivas de la dulce saliva las letras se hacen
y en caducas hojas de sinfónica voluntad se esparcen, versando.
Tan separadas que ni se sienten, existiendo sin ser algo,
caen diminutas como importantes disfrazadas de melodías
sin sospechar que serán himnos de todos los días, cantando.
Medido el filo del fuego abrazando su cuerpo en llamas,
las nubes de sentimiento viven colgadas de un te quiero
con pasos haciendo a la huella y la tierra hermanas, andando.
Garabateando los cielos estrellados a mil leguas del hielo seco,
sintiendo la muerte de lejanía como un eco cincelado
dejo letras sin sangre hechas esclavas del vacío de existir, viviendo.
…pensando, pensándote, mientras te pienso.
Fotografía de Pedro Garcea