DONDE ME QUIERAS LLEVAR

La tibieza se rompe en pedazos de caricia,
cuando vuelan los errores que azotan de gotas los mares,
bañando de fallos las costas en sedoso cristal hiriente,
crujiendo la tarima de las olas con praderas que cabalgan en manos,
lo tibio, se hace vórtice demente en volcanes extintos de pasados
o destinos jugados a los dados, tatuados de tinta color muerte,
cuando se escribe la locura en páginas arrancadas de cuajo,
secuestradas de la mina del lápiz que dibuja junto a mi,
…en la tibieza rompiente.

La llama se extingue en los poros que acaricia,
en las vacías paredes de los encantos arropados de enseres,
soñados en versos cautivos que se leen en tu frente,
perdidos en los juegos y cielos creados entre hermanos,
lo frío, se hace glaciar en palabras atestadas de pecados
o en letras estrelladas de noches donde sonríe la suerte,
solo dejando los bocetos esculpidos en cada trazo
escribo y escribo para solo querer estar junto a ti,
…en el manar de tu fuente.

Fotografía de Reyes

LLEVANDO TU LATIDO

Retumbo sin pose
con eco rotundo
desazones y pasiones
salpicadas de gotas
en incesante latir consumido,
murmurando a la luz
ciñéndome a la línea del infinito.

Rocoso dormido
que sale del cuerpo desnudo
en pulsos de vida
que sólido se sostiene
como impetuoso arce rendido,
en alas rítmicas
que mantienen el equilibrio.

Sonido empapado
de viento esculpido
a trazos de música
de cielos fugitivos
que regalan su eco dolorido,
fundiendo la sombra a la cera
de sus hilos sostenidos.

Suspiro amigo
abrazo que despierta
para vivir lo vivido
que lleva la estela maltrecha
palidez del ignorante Cupido,
instantes de corazón que respiro
cuando percibo tu presencia…
cuando siento brotar en mí tu latido.

Fotografía de Carlos Maqueda

ASOMáNDOME A LOS OJOS

Ya no seré nunca mas
el ser que se ha perdido en el alma
como sombra en la mañana.

Ese misterio escondido
que ligero anda bajo el agua,
hijo del relámpago nacido
que nada clavado como espada
atado al torrente de la sangre,
fluyendo candente de tenaza
soñando ese beso furtivo
que de su celda se escapa,
entre reflejos de amaneceres
al abrigo del manto que le atrapa,
lluvia de versos que empapa
semillados surcos de esperanza,
y un último sortilegio cautivo
que despierta el deseo de caer
desnudo de armadura y de coraza,
mezcla de embrujos
en ojos que de amor amenazan.

Ya me quedé dormido
en un te quiero sin mañana,
en ese injusto gesto de tu mirada.

Ya no seré pirata, lo he prometido…

Fotografía de Pedro Garcea

RAMAS BAILANDO AL VIENTO

Manos que esconden un cuerpo desnudo
desplegando estaciones,
en otoños de bosques
e inviernos oscuros,
veranos colgados de ojos
y primaveras de piel,
aquellas que rodean de vahos calientes
las palabras ausentes,
que nombrando mienten
alientos para una boca
en fumarolas de poros inertes,
lava colada de los gemidos
y laderas de vida para la muerte,
palmas que acarician el cuerpo que late
refugiándose de invasiones,
cueva contra relámpagos
de miradas frías y calientes,
sombras de alma viva
latiendo en madejas de brazos ardientes,
manos que arropan la corteza
en que tu desnudo cuerpo se envuelve.

Fotografía de Mercedes Salgado

DESANIMADA FANTASIA

No te alejes toda
mas lejana del olvido,
que la sonoridad del vacío
es difícil de atrapar
y llenarla se hace infinito.

No te alejes tanto,
donde el adiós se ha ido,
ese horizonte que se ha perdido
en imposibles del soñar
y distancias sin alivio.

No te alejes todavía
que los versos han nacido,
sobre la edad del estío
dejando de esperar
a que otros hagan su camino.

No te alejes siempre
que escuchas los sentidos,
conversar con la ignorancia
jugando a sentenciar
que te alejas sin ningún motivo…

Si detrás de la nubes no hay nada,
quédate conmigo…

Fotografía de Carmeta

ENTRE SABER Y CONOCER

Algo que pronuncia tu nombre
que liba el néctar de los labios
al escapar su palabra pequeña,
sonajero de vida risueña
diminuta y desnuda
letras que de una boca se cuelgan.

Aquel que te nombra
entre truenos que el aire lleva
disfrazado de susurro incauto
agudo lucero que despierta,
cantado en luces de frases
recitadas y quietas
que en harapientos versos vuelan.

Los que te nombramos
agazapados en estrofas abiertas
serpenteando en tus sueños
y en la espera de una espera,
llevando lo inevitable
yuntado o suelto
a escribir caricias que juegan.

Ese mismo que te nombra
que conoce las calles desiertas
donde tuvo que dibujar
raíles en hojas muertas,
pasto de seco cielo
de agua o piedra,
mientras los ojos se cierran…,
los otros son las estrellas.

Fotografía de Pedro Garcea

BATIENDO ESPINOS de LEVEDAD

No hay dolor pequeño
cuando mendigamos algún sueño,
como abrir un libro sin palabras
como escribir sin letras unos versos,
desplegado como la espiga al crecer
doblegando la solidez de lo más bello,
escuchando su llegada posarse en la piel.

No existe dolor pequeño
cuando su tacto nos alcanza,
al jugar a perderse en las miradas
al correr tras la lengua de un río hambriento,
abriendo las ventanas de lo infecundo
cerrando las puertas a lo eterno,
encontrando la certeza que al amor le falta.

No es dolor pequeño
cuando la tormenta nos embriaga,
en beberse el océano a bocanadas
en chocar con la niebla ensangrentada,
perdiendo las palabras en el eco del mundo
ganando al tiempo la cara de su palma,
sintiendo un dolor pequeño que no duele casi nada.

No hay pequeño dolor
que dure un instante,
cuando nos duele el alma…

Fotografía de Esther Rivera