Sin poder evitarlo
busco tus ojos en el descuido,
atrapándolos con palabras del vacío destino
tullidas de oídos y huérfanas del ruido,
que te escuchan sin hablarme
arropándose de un susurro clandestino.
Sin decirte nada
amarro los instantes vividos,
negándose a despedirse de lo sentido
nadando con las alas cortadas,
alzadas por vientos que me azotan
en versos escritos con ramas de nido.
Sin saberlo nadie
sin tener nada de lo tenido,
guardo el secreto que aun no he perdido
cultivando letras de la soledad,
abrazadas al color de la nieve
enterradas en la sima de un olvido.
Sin motivo
amando ando por andar,
abriendo la mirada hacia la mar
quitando la luz a las hojas de un libro,
ocultando en las letras los latidos
amando sin amar y sin que nadie me haya oído.
busco tus ojos en el descuido,
atrapándolos con palabras del vacío destino
tullidas de oídos y huérfanas del ruido,
que te escuchan sin hablarme
arropándose de un susurro clandestino.
Sin decirte nada
amarro los instantes vividos,
negándose a despedirse de lo sentido
nadando con las alas cortadas,
alzadas por vientos que me azotan
en versos escritos con ramas de nido.
Sin saberlo nadie
sin tener nada de lo tenido,
guardo el secreto que aun no he perdido
cultivando letras de la soledad,
abrazadas al color de la nieve
enterradas en la sima de un olvido.
Sin motivo
amando ando por andar,
abriendo la mirada hacia la mar
quitando la luz a las hojas de un libro,
ocultando en las letras los latidos
amando sin amar y sin que nadie me haya oído.
Fotografía de Pedro Garcea