De que parte está tu parte
repartiéndose la vida,
desde donde la miras
alcanzas poco la realidad,
ya que tu mundo está en los cielos
o quizás aún más allá,
escondido para los ojos
un parnaso que nunca se verá,
de donde nos trajisteis
para volvernos a llevar,
dones y prendas nos regaláis
de todo lo que no queréis dar,
en mandamientos con palabras
cadenas escritas por hombres de otros tiempos
que hacen de cualquier gloria dudar…
…puedo creer en el rayo
como naturaleza sin voluntad,
en la humedad de un nublado
que te permite respirar,
tener instinto para ceder
por sentir la convicción de amar,
el perseguir cualquier sueño
que permita alcanzar libertad,
vivir de los instantes enteros
colmando los dones de la edad,
porque el destino se ha de arar
y en ello no hay nada divino,
que solo somos un suspiro
del tiempo que lleva cumplido
la trama de la historia universal.
Por eso estoy convencido que mi ateísmo es fingido,
ya que cuando te escribo me lleno de eternidad.
Fotografía de Esther