La tentación juega
entre movimiento y pereza,
con versos que se ocultan
de la imaginación o en la torpeza,
cazando los deseos que trasiegan
en el camino insano de la tristeza,
donde las palabras navegan
buscando lo que nos hace soñar.
Cuando llega y tienta
se llena de luz, viento y sonido,
calmando al silencio con sutileza
rastreando los olores perdidos,
persiguiendo el cuerpo de la belleza
alumbrando el páramo anochecido,
que se abre a sus sonidos
con la voz filosa de una saeta.
Letras que tiemblan
con mano zurda o mano diestra,
fuerza del pulso que se endereza
sobre horizontes blancos,
que cuentan historias con tibieza
en pie de resbaladiza tierra,
donde la eterna sed se ahoga
y el amor pierde la destreza.
…con tan sólo un toque de tú cielo
se desnuda mi alma latiendo,
en hojas que las estrofas encalan
lo que en mi corazón tu engendras…