CANTO I

 

Para bailar contigo
hago uso de los versos

que viven agazapados,
sin medidas,
sin ocultas formas,
sin querer olvidar
el goteo de los párpados.

Haciendo sonar
un sonido restringido
en canciones guardadas,
sin normas,
sin algaradas,
de un corazón seducido
a otro que sale de las resacas.

Así el silencio se escapa
de la nada, en la sonrisa,
que es la mejor gema
aunque no esté enjoyada,
con secretos sin templanza
en los gestos de la distancia,
luces de sol y rayos de Luna
elixir de los amigos del alma.

Con un ramito de abrazos
engarzado por las manos

que nos haga prender la llama,
para sentir y sentirnos,
para enredarnos
entre luces apagadas,
donde se cierran los sentidos
mirando el mundo que acampa.

Mientras las muecas juegan
con la lluvia de las caricias
que los trazos marcan,
sin cortesía,
sin esperanzas,
cuando los sueños sueñan
en el palomar de las cartas.

Eres el sentido de mi canto,
aquella garganta que clama

las verdades que el eco traga,
sombras de luciérnagas
en noches de espuma alocada,
donde la canción cambia
susurrada por vientos sin voz
en dardos que la palabra sangra.

POR INCRéDULO

 

Puede ser que lo que en versos siento

no sea mas que lo que no puedo ver,

lo que prohíbo, reprimo y miento,

todo lo que nunca podré llegar a ser.

Escribo sin medida lo que está medido,

todo aquello que nunca veré amanecer

para intentar dejar de ser lo que he sido

y conseguir que ganar sea igual que perder.

Me digo a mi mismo que no se que escribir,

que cuando tengo palabras no se que decir

y olas de letras amargas de mi se jactan.

Pero sin poder evitarlo te vuelvo a sentir,

mis manos buscan la tinta para describir

todas las voces ocultas que de ti me hablan.

SIESTA DE MAR

 

Hoy la mar descansa

en la mirada de un marinero

que de su ritmo es prisionero

como la barca del ancla,

sobrevive a las tinieblas

que su profunda mandíbula cela

al fundir la sombra con la vela

creando una oscuridad clara,

el sol no se transluce en ella

tan solo lame con sus reflejos

la piel de espuma de sus espejos

que bailan de orillas en sus aceras,

transita con la fe del hombre

y acampa su inmensidad acerada

sisando a su soledad acompañada

la fatiga de su ira sin nombre,

llueve sus lágrimas de pena

entre nerviosas olas de pasión

que entonan los ecos de la ilusión

cuando todo su cuerpo se envenena,

traga la felicidad en su alhacena

si se incumplen todos sus deseos

ahogando con las mareas de los besos

a una Luna que brilla dulce y serena.

ENTROPíA DE LUNA

 

Luz hecha sangría
cayendo en el siseo
de un rescoldo apagado,
perdida alegría
con ecos sin deseo
que una nube ha mojado.

LUNA de entropía
suelta sus colores
de sombra congelada,
mientras reía
entre negras flores
de tez difuminada.

Rígida melaza
de oscuros perfiles
que a los cielos llama,
cuerpos de calabaza
de menguantes astiles
colgados del alma.