sábado, 25 de enero de 2020

LA POESíA DE LAS COSAS


Habitar las palabras
que retozan dentro de mí,
unas calladas,
otras que hablan
cegadas por la luz
de la existencia oscura,
las más sosegadas,
esas que bailan
con la quietud
de una rota cintura,
unas siesteras,
otras que saltan solitarias
vacías de los ecos
que engalanan la fortuna,
las que vuelan,
las posadas
en mis ojos cansados
entre poses de cordura,
las olvidadas
o que se olvidan
entre gestos de amargura,
las que guardan
todas sus letras con dulzura
y que resbalan entre mis manos.

Y jugar con ellas
a recordar las que perdí,
las que mueren
borradas por el viento,
las que siguen viviendo en mí,
las que se esconden
tras sus trémulas sombras,
las que me encuentro,
las dadivosas
que se regalan sin tiempo,
las que no se escribieron,
las nerviosas
escuchando los silencios,
las escandalosas,
las impacientes
que no pierden la paciencia,
…pero sobre todo
las que te nombran
y que con solo un pensamiento
me hacen pensar en ti.



jueves, 16 de enero de 2020

MAR DE VERSOS




Eres la estela que deja la rima
de la marea que me arrastra
más allá de este océano,
una riada sujeta a ninguna orilla
que despeina la hojarasca
por el tenaz empuje del desaliento,
en el abierto sol de un fuego
que riega la tierra de un desierto,
haciendo palpitar una canción
con una espuma de letras como alimento.

Palabras que ronronea la brisa
en el lenguaje del amor
como idioma sin miedo,
que van dando forma a la riberas
provocando las mareas
al romperse las murallas del cielo,
haciéndose tormenta en los labios
dejando olas hechas de viento,
que estallan de alegrías
brotando de mis manos como tu aliento.

Eres el latido del tintero
que moja la arena fría
con las ondas de voz del verso,
que canta de sentimiento
al corazón por el amor okupado
rompiéndose en espumas de hielo,
sobre un folio de palabras mojado
que tiene los besos encarcelados
de amaneceres y ocasos
sin tinta para luchar contra el tiempo.


viernes, 10 de enero de 2020

CUANDO NO ESCRIBíA



Por entonces
las miradas iban desnudas
al galopar de las sombras,
alborotando las nubes
que palpitaban luces oscuras
sobre praderas huesudas
que tendían al amor en el suelo,
dónde latía un lucero
de sublime lujuria
con ecos secos por el viento.

Por aquel entonces
los ojos buscaban sin desfallecer
entre las miradas de un querer,
sonámbulas nieblas de cordura
bailando al son de la ternura
entre callejuelas menudas
que llenaban de caricias su misterio,  
mientras en todo el imperio
reinaba la disputa
por encontrar la razón al tiempo.

Y los instantes se durmieron
vacíos de las eternas alas
donde tiritan los ecos,
soñando con suspiros
habitados por los huecos
de sonámbulos sonajeros
que lloran un alma hecha de hielo,
sobre los rumorosos deseos
que cuelgan su locura
al rezar sin fe sus torpes versos.


Fotografía de Esther Ribera

domingo, 5 de enero de 2020

OCéANO DE LA MEMORIA

















Silva su música
rota por un centelleante día
hiriendo el éter sobre la espuma fría
que baila sobre las olas,

sílabas fluidas
de un limo melancólico
que rezan al crujir el poema bucólico
en el eco de las caracolas,

sobre rizos de nieblas
en versos que giran de sombras
cruzando los destinos que te nombran
al cantar el pasado a solas,

entre burbujas de silencio
cabalgan sobre las antorchas
con brasas de recuerdos y secretos
brillando como solitarias farolas,

al contemplar tu memoria
desde el otero del tiempo
con los heridos jirones de tu aliento
respirando la bruma tibia de nuestra aurora.