El amor huele a ti
y el sabor es la magia que llevas,
agua de vino o vino de agua
que remansa en tus albercas,
rocío altanero, de forja pura
salpica tu ligera figura
que llena de raíces mi tierra.
Y te oigo como tu
en ese corazón desnudo de alma,
con latidos dulces que delatan
sorpresas que rompen la calma,
de puro embeleso, confianza
para descubrir de la oculta alianza
palabras en el fondo de un sombrero.
Ella que todo cambia
con la fantasía de las miradas,
desnuda las manos de palmas
al trazar tus líneas cayadas,
enamorándome, nadando
en mis venas de brazas
dejando que me cubras
y que tus bocanadas me invadan.
Sin, salabín..., tu eres la magia.
Fotografía de Esther Rivera