del vértigo de los latidos,
asomarme a la oscuridad
y reconocer al amor
aunque juegue escondido,
atrapar el cuerpo de su aire
respirando el aroma
que respiras conmigo.
a dirigir la lluvia
que riega la flor,
a regalar sonrisas
sin pedir su valor,
a no medir el miedo
por los brazos que tiene
viviendo con pasión
si el tiempo no me detiene,
a ofrecer las manos
para apagar el dolor,
intentar estar cerca
de aquellos que quieres,
a volar con deseos
las cometas de la suerte,
a besar las nubes
cayendo en sus redes,
a escuchar sin temor
los latidos cercanos
para ver en la oscuridad
con los ojos cerrados,
a discernir todo aquello
que te haga caer en el error,
a tener la certeza
de haber perdonado,
a comprender el misterio
del duende inventado
y desatar con la luz
los oscuros abrazos.
tras los cristales de los sueños,
seguir aprendiendo a amar
con el vértigo de los sentidos,
quisiera aprender de ti
quisiera aprender contigo