miércoles, 31 de enero de 2024

HECHA de JIRONES
















Llevaba tiempo sin oír el eco de mis latidos.

Caminé mucho con los tiempos atados
por lo que perdí el sentido.

Y tras soñar con la brisa de un ocaso
pude verme libre sin camisa de fuerza,
acababa de darme cuenta de que otra vida partía.

Al despertar comprobé que el sueño se había hecho tierra.

Hoy vuelvo a oírme latir con la mañana cuando despunta,
hoy el tiempo ya no me resta.

Fotografía de Esther Rivera 

sábado, 20 de enero de 2024

COMPITIENDO CONMIGO


No se que hacer: mi pensamiento es doble.
Me pregunto ¿Qué me lleva a escribir?
Si tiento a la inocente fuerza de la palabra
a manipular los pensamientos
que duermen en la duda de mi ignorancia,
con ese poder de conquistar la paz
preparándome para una hipócrita guerra
doblegada por los acontecimientos.

No se que hacer: ¿siento o presiento?
Al notar las letras revolear en el folio
cargadas con el peso acuoso de la tinta
en busca de un posadero,
cuando notan una ficción llena de vacío
que se vacía en las escudillas del metaverso,
si al mezclar el dolor y la risa
se pisan por dominar la rima
y terminan del mismo plato comiendo.

¿Qué puedo hacer, me acerco o me alejo?
Si transito con los corceles de la pluma
los límites de la impaciente locura
donde reposa la piel del amor inquieto
que contiene el secreto del verbo,
para quedar atrapado en la duda
de querer ensayar la vida
siendo el ensayo la causa y el efecto.

¿Quién será quien escribe esos versos?
Porque cuando me leo, no me veo,
aunque siento el cosquilleo al expresarme
no soy ese que describe el cuento,
alguien que no se da cuenta de quien es,
que debe tener algo roto o que se ha descosido
distanciando el alma de la carne del cuerpo,
o no soy nada definitivo y me tengo que hacer
y conmigo el eco que me pierde en el tiempo.















Fotografía de Pedro Garcea

martes, 16 de enero de 2024

SOLILOQUIO


Aquellas palabras que nunca mueren
te ayudan a encontrar tu voz,
eligiendo la locura a seguir al dolor
en los límites de la dignidad y la belleza.

La poesía libera a los que se encierran
al venir de donde el instinto pierde el alma,
de un lugar donde nadie reina
y que nadie jamás conquistó.

A veces hace sentirte charlatán
sobrando silencios sin turbar
que la ternura del recuerdo altera,

pudiendo apreciar la pluma y el tintero
al lograr respirar con los poemas
el aroma y la fragancia de sus letras.
 

sábado, 13 de enero de 2024

PENSAMIENTO

 



Tus ojos me hablan
sin decir nada
dando luz a mis sombras
mientras el mundo descansa,
y si me miras
yo te sueño despierto
sintiéndote
con las palabras.



miércoles, 10 de enero de 2024

INTENTO FALLIDO




"Todavía en sus ojos yacen las violetas"
EMILY DICKINSON 





Todavía en sus ojos yacen las violetas
al llorar por un sueño que se fue lejano,
encastrado en el gaznate sediento
bajo el seco resplandor del silencio
que su alma dejó abandonado.

¿Qué me queda de esos labios tan callados?
Hundida en el tintero de la pena
supura la imagen de la inocencia,
con palabras de pluma y tinta
hechas con lágrimas de ausencia,
hechas de recuerdos aún no olvidados.

¿Qué nos queda de los sueños que fraguamos?
Recuerdo aquel amor eterno
que me quiso hacer creer en la esperanza,
compartiendo su luz empoderada
para beber con la ansiedad de las ganas
del agua caída de un roto cántaro.

¿Qué pluma me servirá para coser sus trazos?
Contando los instantes uno tras otro
paciendo en la alfombra de tus ojos,
cae la abulia de los momentos,
caen los impulsos sin ecos
a la sombra de los sueños morados.

¿Qué nos queda? ¿Tú lo sabes? Yo tampoco.
Secando las despedidas al viento,
las cenizas de nuestros fantasmas
vuelan en balbuceos sin confianza
despeñándose por nuestras espaldas
hasta el fondo de unos charcos.

¿Qué será de nosotros sin nosotros?
El tiempo camina de puntillas
irreverente, grosero, inexorable, mundano,
siempre tranquilo, sin decir nada,
y todavía yacen las violetas en sus ojos
al llorar por un sueño que se fue lejano.

viernes, 5 de enero de 2024

TRASPIES


 
Si el paso te llega tarde
sobre el agreste erial
de un bosque mineral
en el sendero más oscuro,
y si el camino está inseguro
bajo bostezos de luciérnagas
que resbalan en los rastros de centellas
con el grito que abre el crepúsculo,
y si el horizonte se hace minúsculo
tras la luz de un cielo leve
donde el viento no se mueve
en el pálido vacío que resuella,
y si perdiste el rastro de tus huellas
tras las fauces de las prisas
que marcaste con la tiza
sobre un mapa de estrellas,
y si ya no persigues estelas
que te aten a este mundo
enterrándote en lo mas profundo
donde brota la magra pena,
y si tan solo tienes zancada lenta
con que marcar la travesía
camina con resuelta alegría
entre las palabras de este poema.

Sin traspiés no hay problema.