Siento que me voy volviendo
incierto, confuso,
desvaneciéndome en el aire
soñado, disoluto,
en volutas de viento abandonado
y que solo me resta un minuto.
Todo tiende a olvidar
aquello escrito en el muro,
morir entre las hojas pálidas
en palabras que no dan fruto.
Vivir cada día es escuchar,
al corazón latir cada segundo.
Fotografía de Pedro Garcea