Soy
de todos los instantes
y
en ninguno me quedo,
saltando
a las espaldas del cielo
transpiro
los momentos
que
pasan en bandadas volantes,
formando
parte del ahora
haciendo
de la vida un recuerdo,
al
vestir un despertar
que
me lleva donde el infinito mora
con
el simple hábito del juego.
Vivo
del sol que respiro
y
de la noche cuya sombra ahoga,
estoy
en el centro de cada punto
mendigando
un instante eterno,
latiendo
con el alma del suspiro
que
sacude al mundo de ritmo
al
lado de la caricia que se deshoja,
atrapado
en un cuerpo de espera
lleno
de lágrimas que se enjugan
en
las paredes que toca la aurora.
Estoy
en el hoy porque quiero,
en
un ayer hecho etéreo
y
un mañana que no me importa,
caminando
con un latido fantasmal
para
buscar lo que no logro hallar
cosido
al mástil de un velero,
con
anhelos de labios secos
llenando
alforjas de deseos
que
inundan de miradas delatoras
las
riadas de ojos forasteros.
Visto
por ser sincero
sobre
el atril de las emociones
al
sentir como crecen en mi
latidos
que me enamoran,
plasmados
en toscos versos
que
llenan mi mundo de historias,
historias
que te nombran
acercándome
al manantial
donde
mis letras desovan
haciendo
de mi vida un lento vuelo.