Te necesito RAPSODA...,
y
preciso de tu boca
cuando
la encolerizada fuerza del pensamiento
cae
en la sobria ternura del desaliento
y
se derrumba,
augurando
un áspero mundo seco.
También
para la materialidad
de
poemas futuros,
que
en el latido temporal de los días
se
cultivan y balbucean
entre
las luces del tiempo.
Y
necesito tu garganta
para
darle vida a los versos,
que
se fundan con los deseos
para
que vuelen como palabras vivas
que
habitan en el poeta,
trascendiendo
mas allá del horizonte
que
transita de enigmas
marcados
por el destello de su agonía
dentro
de una bocanada de silencio.
Antes
de que se quede el alma vacía,
como
tantas veces,
preciso
que llenes con tus voces las rimas,
que
eleves sus pobres posaderas
al
atrio de cualquier Olimpo
donde
puedan jugar a crecer contigo…,
donde
mi boca pueda ser la tuya,
donde
tu boca haga destino.
Homenaje al Rapsoda