La vida se va por donde quiere
pasando en silencio, y al pasar
regala sonrisas en el vientre
que cosquillean en el alma,
dejando clavada su simiente
que desparrama el viento
en instantes de furiosas oleadas,
donde los sentidos se corrompen,
donde sus garras siguen alzadas,
sobresaltada de placeres
despierta y cegada por el brillo del tiempo,
hasta que tropieza con su destino
y se sorprende de lo eterno,
la vida se va sin ser obediente
camino de una noche estrellada,
andarina de historias inacabadas
sonriendo jornada tras jornada,
la vida que nació muriendo
vaga en estelas difuminadas,
dejando huellas indelebles
hacia la soledad mas desolada,
pasando en silencio, y al pasar
regala sonrisas en el vientre
que cosquillean en el alma,
dejando clavada su simiente
que desparrama el viento
en instantes de furiosas oleadas,
donde los sentidos se corrompen,
donde sus garras siguen alzadas,
sobresaltada de placeres
despierta y cegada por el brillo del tiempo,
hasta que tropieza con su destino
y se sorprende de lo eterno,
la vida se va sin ser obediente
camino de una noche estrellada,
andarina de historias inacabadas
sonriendo jornada tras jornada,
la vida que nació muriendo
vaga en estelas difuminadas,
dejando huellas indelebles
hacia la soledad mas desolada,
buscando nombre que ponerle
a la vida que amaneció de la nada.
a la vida que amaneció de la nada.
Fotografía de Eyre