sábado, 20 de enero de 2024

COMPITIENDO CONMIGO


No se que hacer: mi pensamiento es doble.
Me pregunto ¿Qué me lleva a escribir?
Si tiento a la inocente fuerza de la palabra
a manipular los pensamientos
que duermen en la duda de mi ignorancia,
con ese poder de conquistar la paz
preparándome para una hipócrita guerra
doblegada por los acontecimientos.

No se que hacer: ¿siento o presiento?
Al notar las letras revolear en el folio
cargadas con el peso acuoso de la tinta
en busca de un posadero,
cuando notan una ficción llena de vacío
que se vacía en las escudillas del metaverso,
si al mezclar el dolor y la risa
se pisan por dominar la rima
y terminan del mismo plato comiendo.

¿Qué puedo hacer, me acerco o me alejo?
Si transito con los corceles de la pluma
los límites de la impaciente locura
donde reposa la piel del amor inquieto
que contiene el secreto del verbo,
para quedar atrapado en la duda
de querer ensayar la vida
siendo el ensayo la causa y el efecto.

¿Quién será quien escribe esos versos?
Porque cuando me leo, no me veo,
aunque siento el cosquilleo al expresarme
no soy ese que describe el cuento,
alguien que no se da cuenta de quien es,
que debe tener algo roto o que se ha descosido
distanciando el alma de la carne del cuerpo,
o no soy nada definitivo y me tengo que hacer
y conmigo el eco que me pierde en el tiempo.















Fotografía de Pedro Garcea

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