CUANDO TE ESCRIBO

 

Cuando te escribo
salta la sangre del tintero,
notando las letras el escalofrío
se colocan buscando su destino
para acercarse a tu piel
con la pluma y un negro río.

Cuando te escribo,
te escribo desde mi desnudez,
te escribo con el impulso
que la tinta da a mis sentidos,
y te escribo con el sigilo
que otea en el horizonte
buscándote con el alma en vilo.

Fotografía de Kiki

SE LO QUE ME GUSTA

 

Me gusta el verbo ver:

ver en la canción del mar,

ver en el aroma del cielo,

ver en el ritmo de la lluvia,

ver en el roce de unos besos,

ver en el desnudo de la niebla,

ver en el dibujo del sentimiento,

ver en el perfume del amor,

ver en el bosque de la voz,

verte en la caricia del viento.

Me gusta el verbo ver,

verte sin mirar,

porque así te veo.

Fotografía de Pedro Garcea

AMA Y SI ACASO ME

Enhebro los sentimientos

con hilos de tinta

que dibujo sobre una hoja.

Hoja esculpida de suspiros

con voces de garganta

que no dejan hablar al ruido.

Ruido que resopla sin motivo

sin entender de palabras

y es por eso que las escribo.

Escribo sin hacer ruido

para que leas en la hoja

los sentimientos que nunca te digo.

SUEÑO DE FAUNO

Cae la niebla en los campos,
el jardín despierta
con el canto de los pájaros,
hojas como lenguas
mojan las sílabas al día
que impaciente se molesta.

La magia del bosque
da un zarpazo
en su estuche verde,
con aromas de flores
rasgando los bordes
donde llora la Luna llena.

Las hojas mustias se inclinan
sobre la fuente hecha piedra,
donde un verso mora
anidando con sus letras
al amparo de la espesura
que al seguidor de Dionisio alienta.

El fauno baila inquieto
haciendo sonar su flauta
entre gotas de lluvia,
que atenúan su lujuria
tras los rastros de las ninfas
que dejan las luciérnagas.

La flama de sus ojos
persigue rasgando los bordes
del verderío de la selva,
girando su cuerpo
y tocando con su tacto
la roja piel de sus cortezas.

Retoza trashumante
bajo la constelación profética,
entonando la melodía
de sensualidad cautivadora
queriendo abrazar el cielo
que cubre dulcemente la floresta.

Crepitan ríos de vino
por la verde fronda
de la deidad ebria,
viendo como el verso de oro
antes despierto se adormece
donde su garganta se refresca.     

                                                                        Fotografía de Pedro Garcea 

ILLUMINATI

Club de los poetas muertos

(una manera distinta de crear un Nuevo Orden Personal)

Sentir,

sentir que sueño

por alcanzar el rastro de la libertad.

No me importa lo que me digan,

no tienen fuerza para detener mis palabras,

se que con ellas cambiaré el mundo,

porque creo en ellas,

porque las he creado,

porque las arranque de la médula de la vida hasta llegar al hueso,

porque se lo que me mantiene vivo,

porque me mueve la poesía, la belleza, el romance y el amor

y porque en ellos he encontrado mi propia voz.

Creer,

creer en mis ojos

para ver las cosas diferentes.

Mirar cada momento como algo extraordinario,

extender mis manos para alcanzar un poema

y describir lo que es único de mi mismo,

aunque sea extraño e impopular,

hacer del tiempo una osadía y saber aplicar la cautela,

para que las miradas me hagan perder los prejuicios, hábitos e influencias

y pueda encontrar siempre un nuevo punto de vista.

Existir,

existir con la verdad

aunque su manto no me cubra entero.

A pesar de que otros no la comprendan,

a pesar de que sea mas fácil no tenerla,

porque solemos pensar solo con los silencios,

con nuestros vacíos,

con los recovecos avergonzados,

con las ventanas tapadas de secretos visillos

que se crearon en cierto momento buscando la aceptación.

Me basto y me basta,

leer y escribir

en busca de la pasión.

Aprender a florecer,

aunque tenga que ser escuchado al dar mis creencias e ideas a otros,

porque la poesía está en todo

y me siento apasionado para sentir, creer y existir,

viviendo intensamente,

buscando, escuchando, soñando,

en un día como el de hoy que no se volverá a repetir. 

DIBUJANDO SUEÑOS

El dibujante de los sueños

no se pronuncia,

porque no sabe lo que pesa un pensamiento.

El calígrafo no escribe

al quedarse sin tinta,

seca al ser azotada por el viento.

Cuando callan las palabras

hablan los gestos,

para llenar de estrellas el firmamento.

La sensación de llover

las mismas gotas de antaño,

son las que saciaron las gargantas con sed.

Las pisadas se difuminan

entre otras miles seguidoras,

que solapada traquetean las calles a la vez.

Satisfecha la curiosidad

quedan los cielos como testigo,

que con su azul baña de luz las ansias de verte.

Por eso hago garabatos

dibujando deseos

y así pasar un rato contigo sin desfallecer.