Te espero en el silencio
con lo esencial de la palabra
más allá del sonido y del sentido,
en el éxtasis de una plegaria
para definir lo indefinido
allá donde mora el alma.
Te espero entre la magia
que de resplandores las letras ciega
con destellos de fugitivas miradas,
en el reino de los parias
bailando en un cielo sin tierra
allá donde se tocan las almas.
Te espero pleno de calma
tras la plácida voz de un poema
hecho de la materia más llana,
en el confín de los dilemas
de una callada garganta
allá donde hablarle a tu alma.
Te espero en el vacío,
allá donde susurran las ánimas.
