Cuando preguntan por tus labios,
solo digo bajando la voz,
que existo si me llaman y destello si me rozan,
que llegar a ellos es mi espera y su sueño mi despertar,
que sonriendo me hacen volar y sentirlos cose mi voluntad,
que con ellos comienzo a caminar y su dolor me hace sangrar,
que desearlos deja el alma abierta y perderlos desespera esperar.
Cuando preguntan por tu ojos,
solo sonrío para entonar,
que ardo si los miro y estallo si me miran,
que entrar en ellos desespera y sentirlos es despegar,
que respirarlos es anhelar y verlos es notar mi mitad,
que su luz hace encontrar y su sombra no se puede ocultar,
que prenderlos es hacer eterna la eternidad.
Cuando preguntan ¿donde están?,
siempre respondo mentiras y que no paren de buscar.
Fotografía de Pedro Garcea
1 comentario:
En ocasiones las miradas hablan... e incluso mienten... como también el corazón... y los besos...
Cuándo decidimos si amamos o dejamos de amar?
Publicar un comentario