SI LA TINTA MANCHARA

Aquí sigue
la rutina del soslayo
en harapientas letras de viaje,
labradas por copos de vaporoso encaje
y secadas por la luz del rayo.

Todavía permanece
la música de lo escrito,
poderosa que vuela con viento suave
entre roces de cuerpo ingrave
y que queda muerta en el olvido.

Aún se escucha
la voz atormentada
grabada sobre fondos nevados,
estampada entre bordes dorados
y arrancada de garganta seca y grave.

Sigue existiendo
cada frase arañada,
que ancladas en telas de araña se enmarañan
de sueños que entre versos siempre viajan
y vagan colgadas de las hojas de un árbol.

Así quedan las letras
en el estanque del desengaño,
como barca varada en la orilla
fuera de la ribera de la vida
esculpida en el espejo de un remanso.

Siempre creeremos
en las letras leídas de un paraje,
mojando las manos con colores del paisaje
o en las olas que amarran la arena a su manto,
si sigue rociando el tintero las palabras con charcos…