Hoy amanece
desnudándose el día
cambiando las luces de las mentiras
por unas sombras de sencilla realidad,
resbalándose del caño de la paz
en gotas de lágrimas tranquilas
al despuntarse la vida
del cielo que se mece.
La luz se prende
de focos intermitentes
entre ráfagas de golondrinas
que parten el cielo por la mitad,
las estrellas esconden su faz
mutando a piadosas peregrinas
entre voces descoloridas
que el sol enciende.
Cae del velo caliente
algo nuevo que muta y crece
en anchas calles vacías que florecen
al encontrar savia que alimenta la verdad,
en crepúsculos de horas perseguidas
abriendo conciencia a la muerte
bostezando en las esquinas
de un alma inocente.
Tal como ayer
abre el día para desfilar
de frágiles momentos por estallar
engañando a las costras de las heridas,
con imágenes que caminan perdidas
que se enfrentan a la inestabilidad
y la posibilidad de tropezar
con el aroma de tus caricias.
Hoy se ha despertado el día
en el bosque de las melodías,
con la posibilidad de amar.
Fotografía de Héctor
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