en lluvia de lágrimas
con penas sin aliviar,
sobre puentes sin palabras
que acercan las riberas
perdidas entre estelas
sorteadas de sueños,
que tenemos al soñar.
Volé sin saltar
en ondas efímeras
y destinos por atrapar,
vacío de mudas estrellas
persiguiendo su libertad
culpables de deslealtad
al asaltar las fronteras,
que no se debieron saltar.
Oí sin hablar
en voces serenas
ecos huecos bostezar,
el aliento de sus huellas
que portan sus maletas
por caminos de cunetas
sin el viento de las veletas,
que resuenan al girar.
Vi sin mirar
versos sin nombre
y estrofas sin declamar,
cayendo para levantarse
o levantarse para tropezar
queriendo sin querer llegar
a la luz que no se despega,
que algún día se hará notar.
Sentí sin hallar
el alma que deseamos
con el simple toque del azar,
sin que nada importe más
ni las tristezas escondidas
encalladas en las sonrisas
del mundo que nunca llega,
pero que sin más llegará.
Hallé sin buscar
al corazón secuestrado
que quedaba por rescatar,
latiendo por alguien
sin notar que lo notamos
que miremos y no lo veamos
sin saber que es creer,
tan solo existiendo para amar.
Fotografía de Pedro Garcea
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