En el abrir de una caricia olvidada
nacen lecciones de deseos,
mundos desordenados
recorridos por sendas y paseos,
susurros de sueños apagados
fugados entre las manos
de una agónica celda de versos.
Recuerdos que ansían la libertad
emergiendo de los trasteros,
en un mundo de dos por dos
visto con unos ojos parejos,
el amor de los enamorados
tatuado por unas manos
que se estampan con los besos.
El uno en el otro, desvayéndonos
entre estrofas de encuentros,
viento que entra diluyéndolos
en latidos de agua postreros,
solitario corazón cruento
recorrido por las manos
con secretos que contigo han muerto.
Fotografía de Gemma
1 comentario:
Qué difícil es no escuchar al corazón!Como todos una delicia.Gracias.
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