Un
buen día al mirarte
de
manera inesperada
aprendí
una palabra
y
empecé a amarte.
Te
reconozco palabra,
por
una mirada
nacida
de una boca
al
ser pronunciada,
en
los secretos espacios
cuyas
alas son carne del aire
de
volandera piel acariciada,
que
unas manos atraparon
hasta
caer en una lámina
para
morir dibujada,
aferrada
a mis dedos
en
un deseo encendida
y
por la tinta tatuada,
naciente
de un sueño
que
tornaron tus labios
en
una pasión desatada,
primero
fuiste dicha en los ojos
prendida
en el difuso viento
de
una sonrisa colgada,
después
un dulce aliento
suspiro
sin distancias
que
por el alma fue atrapada.
Te
conozco palabra
antes
de ser escrita,
antes
de ser sentida,
antes
de ser soñada.
Fotografía de Esther Rivera
1 comentario:
Y esa palabra forma un gran poema,gracias por encontrarla,soñándola,sintiéndola y escribiéndola.
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