Sombrío cuerpo de olvido,
con gestos borrosos
que no viene de ahora mismo
sino del ayer,
de ese sueño perdido de momentos
en caídos posos de te,
batidos en un seísmo
con recuerdos de mujer.
Andando solo
vaciando el alma de ternura
hace al tiempo hostil
propicio al odio y la locura.
En esta hora oscura
crece la nada pavorosa
sombra tras sombra
que tu ausencia dibuja,
memoria rota de recuerdos
escrita en tu figura
con palabras que te nombran
como diosa y como musa.
Andando solo
vaciado de la luz futura,
todo lo que pienso en ti
se lo cuento a la Luna.
Desde el acantilado del olvido
caen las voces
que vacían el alma,
arrancando a los sentidos
gestos, sonrisas, miradas,
bostezando sombras
sobre las olas
rotas de arenas blancas,
donde yace el recuerdo dormido
con el aroma de las lágrimas.
Fotografía de Héctor