que tiritaba tus pasos,
allá donde las palabras enmudecen
para pensar en ti,
vi como escapaba
de las rejas de mis ocasos
con el ímpetu de un mar encolerizado
saltando sin fin,
va dejando secas
las muescas de mis manos
que languidecen de cubiertas en blanco
esperando la luz,
esa luz sin huellas
que tu mirada ha incendiado
dejando un rastro de Luna quemado
que nunca podré seguir.
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