en letras que se asomen a tus labios
como cada noche que duermo a tu lado,
donde me voy muy lejos,
contigo,
soñando,
llevándome todos mis sueños,
que no es mucho ni poco
es lo que has encontrado,
lo que fui, que es para volverse loco,
lo que ahora soy, un eco deambulando.
Llevo todo mi equipaje en los brazos,
esos mismos que te rodearon
sin apenas peso en un cuerpo extraño,
dejando el miedo apartado,
de los abrazos,
del corazón,
que sigue latiendo con un ruido azorado,
enfrentándose pulso a pulso
con todo lo que puedo hacer,
discutiendo con los versos
que aún falta deletrearlos
para terminar el canto.
Cada noche el silencio me cobija
entre luces que se desprenden sin rencor
inmerso en un barco de estrellas navegando,
reanudando el camino,
lento,
pausado,
que sin saberlo creía olvidado,
aprendiendo a correr el velo
que con las palabras he recordado,
en el mundo que solíamos ver
de no conocerte ahora
no me importa volverme a caer
y portar el dulce dolor que he soñado.
Fotografía de Gemma
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