Tristes
palabras un día dichosas
por
anidar en un nebuloso cielo,
caídas
por su negro peso al suelo
apagando
todas sus luces hermosas.
Letras
rotas de lágrimas empapadas
con sangre de tintero ennegrecido,
que
la blanca estocada ha desfallecido
dejando
rimas y estrofas desoladas.
Poeta
que de versos es prisionero
dejando
a su musa sin paradero
enterrada
bajo una lápida pesada,
cae
en el abismo del silencio sombrío
que
abona un brumoso terreno baldío
para
licuarse en una página nevada.
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