Luna infinita,
parte dolor
parte
alegría.
Cada
noche apareces
entre
estrellas que nombras,
eres
la luz de las sombras
y olvido por el día.
Luna
de los fríos,
corona
de hielo
trono
de rocío.
Pálida
tez sin latidos
compañera
en soledades
midiendo
las edades
de
los amores perdidos.
Cuerpo
de brillo vacío,
a
veces ruinas
otras
veces alivio.
Si
supieras lo que miras
creciéndote
de pesares
que
secaron los mares
alimentados
por los ríos.
Novia
huérfana sin prisas,
que
llora cometas
que
ríe luceros.
Abrázame
como el aire
cuando
deshace la nieve
y
que el azar me lleve
a
la orilla de tu encuentro.
Fotografía de Esther Rivera
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