En
el desnudo sosiego
de
una palabra parida en el vacío,
no
moriré,
si
mi cuerpo se equivoca
y
tuerce los designios que yo trazo,
no
moriré,
mientras
los mudos versos
se
sigan escribiendo con voz,
no
moriré,
si
el fugaz destino del instante
acabara
con el imperio del tiempo,
no
moriré,
mientras
existan poemas
que
abran los párpados al mundo,
no
moriré,
si
mientras grito tu nombre
soy
capaz de dar latidos a la vida,
no
moriré,
ni
tu conmigo.
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