Amor
que nunca llegas
emboscado
en cada esquina,
amor
que siempre se adivina
tras
la fiebre del deseo.
Jugador
que todo lo arriesga
en
el camino de las huellas perdidas,
arrancando
de los ojos las espinas
que
en la limpia mirada clarean.
Me
basta con tenerte en los sueños
para
encender los mojados leños
en
la hoguera de la pasión,
y esperar que una fuente de dulzura
que
apaga la sed mas pura
se
acerque al paladar del corazón.
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