Sentados
en
las ruinas de la inteligencia
encendíamos
palabras
contra
el vértigo del tiempo,
versadas
en
el brillo de una lágrima,
abriendo
el
silencio entre nosotros
al
escurrirse
como
furtiva agua corriente
de
misterio.
Pensamos
escuchar
el latido del deseo
con
el color del abrigo de entretiempo,
soltando
las alas
con
las que fluye el viento,
aunque
pisemos
la
raya de los amaneceres
columpiados
ante la infinita esperanza
que
aflige a la noche y su miedo.
Fotografía de Pedro

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