Me queda la vida por volar y la ausencia de palabras,
jugar con vacíos pavorosos, cada instante,
un momento de tormento y otro bendito silencioso.
Me resta la vida por soñar con amagos de luces ardientes,
relámpagos mudos nerviosos, cada sueño,
va cayendo en pendiente y otro se queda en un esbozo.
Me falta la vida por pensar y besar vidas amargas,
instantes de labios ardorosos, cada idea,
una luz intermitente y destellos de mundos curiosos.
Me basta una vida que borrar con gritos de olvidos hirientes,
el frío de la soledad, cada muerte,
todo queda dormido y grado a grado desaparece.
jugar con vacíos pavorosos, cada instante,
un momento de tormento y otro bendito silencioso.
Me resta la vida por soñar con amagos de luces ardientes,
relámpagos mudos nerviosos, cada sueño,
va cayendo en pendiente y otro se queda en un esbozo.
Me falta la vida por pensar y besar vidas amargas,
instantes de labios ardorosos, cada idea,
una luz intermitente y destellos de mundos curiosos.
Me basta una vida que borrar con gritos de olvidos hirientes,
el frío de la soledad, cada muerte,
todo queda dormido y grado a grado desaparece.
Fotografía de Pedro Garcea
1 comentario:
Yo que se de conjuros y blasfemias,
de labios ardientes y de fria soledad, cuando esos dedos me tocan
me aferro a tu mano temblorosa
y me abandono a la ráfaga
de tu liento que me ahoga.
Mi más bella locura.
Mi Angel o demonio.
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