A MADRID TRISTURA

Casi sin querer
con los brazos extendidos
en rayos de aire quietos,
lejanos colores que esparce el viento
escondido tras el bosque,
hallo a los tallos del amor sujetos
pájaros que el alba ha abierto,
cantando sus rumores secretos
en musicales ramas de caídos cielos,
que esconden los consejos del aire
para sentirnos valientes contra el miedo
de alejadas lejanías de instantes,
huellas perdidas en las olas de un mar
senderos que se ahogan de firmamento,
luciérnagas perennes de cimientos
caminadas con el paso de los versos
en palabras que carecen de tiempo,
almas que se acarician de momentos
que te arrastran de salir corriendo,
hasta que casi sin querer
con los pasos extenuados
sobre charcos de tristeza
se nos queda dentro.

Esta va pa’l barrio de Malasaña y pa'l Presidente de los Estados de Ánimo

Fotografía de Pedro Garcea