viernes, 11 de febrero de 2022

MAREA DEL AZAR

 


Lo que no es casualidad
muere en su ondina espuma,
queriendo atrapar la bruma
que duerme sobre las olas,
escuchando el eco de las caracolas
al sangrar en la rompiente
como herida serpiente
que su viajera sonrisa acuna.
 
Toma medidas al cielo
que le ayude a leer en el agua,
palabras que el deseo empapa
turbando el lecho del miedo,
que se consume con el tiempo
al romperse en mil sonidos
de un océano de sentidos
mientras su recuerdo se desvanece.
 
Atrapa la luz que anochece
para bailar contigo a solas,
embriagado por las fumarolas
que respiran latidos al verte,
ese suspiro que tienta a la suerte
y a lo esquivo de un furtivo beso
que yace al final del verso
erguido por el brillo de la Luna.
 

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